Aquí nos tienes de nuevo, humildemente en tu bonito festival, con la firme idea de ganar el primer puesto para que en tierra azteca tengan su cacique Upar. Con la firme idea de ganar el primer puesto para que en tierra azteca tengan su cacique Upar. A santo Ecce Homo siempre le vivo pidiendo me dé su licencia para mi meta lograr. Y si yo lo logro te juro Guadalupana que volviendo a mi tierra yo te lo voy a brindar. Y si yo lo logro te juro Guadalupana que volviendo a mi tierra yo te lo voy a brindar. ¡Ayy¡ yo no soy, yo no soy del Magdalena, de La Guajira ni tampoco del Cesar.Yo soy de una tierra donde la influencia extranjera ¡hombre! poquito a poco con el folclor fue a acabar por eso le digo a toditos los vallenatos que si quieren su tierra cuiden su festival1.
López, 2002.
El Ministerio de Cultura hizo la gran encuesta nacional de cultura, con un universo de mil personas de veintiocho municipios del país. La sorpresa fue que existe una hegemonía cultural de la costa atlántica, aun cuando, históricamente, la zona central andina ha ocupado ese lugar. Las actividades artísticas o culturales consideradas más importantes fueron, en orden: el reinado nacional de la belleza, el carnaval de Barranquilla y el festival de la leyenda vallenata. Los personajes más admirados son: Gabriel García Márquez, Shakira y Carlos Vives. Y la manifestación cultural que hace sentir más patriotas a los colombianos, que sirve de mejor manera como aglutinante nacional, resultó ser el vallenato, con un tercer lugar para el bambuco del interior andino. Otros datos destacados: trece de los veintinueve personajes más admirados son músicos; escuchar música es la principal actividad cultural pasiva del país; la danza la primera actividad que se viene a la cabeza cuando se piensa en la palabra cultura; y la música es la principal herencia cultural que se desea dejar a los hijos. La radio es considerada el principal motor de la cultura, por encima de la prensa o la televisión (Bejarano, 2002). A partir de esta muestra se dice que los colombianos se aferran a la cultura como prueba de vida, como mecanismo de salvación, de convivencia, de entendimiento, y se piensa en ella como garantía de un futuro.
(El Tiempo).
Esta encuesta confirma la idea expuesta antes, de que por medio de la música se busca, se intenta, unificar el país y lograr que la población se sienta parte del "artefacto cultural de la comunidad política colombiana imaginada" (parafraseando a Anderson, 1983 [1991]: 21); ya que, precisamente, esta idea de comunidad imaginada es la que no está operando dentro del concepto de colombianidad. Los estudios sobre este fenómeno deben señalar la importancia del papel de la música dentro del imaginario de cohesión nacional y la preeminencia que debe tener al pensarse en políticas que busquen detener la fragmentación social y encontrar la solución pacífica de las diferencias.
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